"Todos son una punta de sinverguenzas"
Gral. Emiliano Zapata.
El pasado 18 de julio se celebró en Guadalajara la "Asamblea Nacional Ciudadana" (ANC), nombre que adoptó el espacio que era la Asamblea del Voto Nulo. Mexicanos al Grito de Guerra hizo campaña por la abstención, no por el voto nulo; sin embargo, hemos encontrado eco y afinidad con varios grupos anulistas, y participamos en la primera Asamblea del Voto Nulo.
El éxito del movimiento por la anulación de voto, se debe al hartazgo ciudadano con la clase política. Nadie puede negar su importancia, pero hay que tener claro que no hubo una línea política unificada atrás del voto nulo. Así como hubo anulistas que lo hicieron como un reclamo hacia una vida más democrática, habrá quién anuló por seguir a Sauri Riancho, o los sectores empresariales descontentos con el gobierno. De tal forma, las organizaciones que promovieron la anulación tienen una responsabilidad social por haber conseguido esta respuesta. Lo que no tienen, lo que definitivamente no tienen, es una representabilidad o un mandato social. La gente que anuló lo hizo por hartazgo, no buscando una reforma del estado, una apertura hacia la democracia participativa ni promoviendo la reelección o las candidaturas independientes. Sin embargo, varios de los grupos anulistas sí creen esto, afirmando barrabasadas como que son la cuarta fuerza política a nivel nacional. Esto es una tontería, la gente que anuló su voto lo hizo en contra de la clase política, no a favor de los grupos anulistas y mucho menos dotándolos de un mandato. Igual de ridículo sería que nosotros afirmáramos que somos la principal fuerza política, ya que llamamos a la abstención y esta llegó al 63%.
A pesar de estas diferencias, acudimos a la asamblea de Guadalajara, pretendiendo priorizar la construcción de un movimiento ciudadano, horizontal y desde abajo, único garante de un cambio político. Rompiendo la dinámica de la primera asamblea, que daba un voto a cada organización, la ANC permitió el voto individual, dando así el mismo peso a personas desconocidas dentro del movimiento y sin trabajo de base que a organizaciones con meses de trabajo. Este cambio de las reglas, disfrazado de democrático, inclinó la balanza hacia las posiciones más derechistas. No hubo sutileza en su intento de burocratizar el movimiento, promoviendo un órganismo central, secretarías "técnicas", voceros, representantes por estado, y un "padrón" del voto nulo. Con esto, se acercaban mucho más a la estructura de un partido político que a la de un movimiento. Pero ¿un partido político sin principios, sin estatutos, sin un acuerdo político claro? Estos intentos fueron derrotados por la mayoría de la asamblea, pero se hicieron evidentes los intereses políticos de peronas y grupos al seno de este movimiento.
A pesar de que hubo una larga discusión sobre las perspectivas del movimiento, donde imperó la idea de construir una base social, existía igualmente una pretensión por llevar las distintas demandas de los anulistas al Congreso de la Unión y al IFE, en la idea errónea de que los diputados que no merecían nuestro voto hoy son interlocutores dignos. Esta idea se sostenía con argumentos muy similares a los de las personas que llamaban a no anular el voto: "el menos peor", "son los que están", "no hay otros".
Nosotros, en Mexicanos al Grito de Guerra decimos: Todos son una punta de sirvengüenzas.
No vamos a pedir, suplicar o exigir nada a los diputados. Nosotros lo que buscamos es generar en la ciudadanía la conciencia y la fuerza para decirle a la clase política: Señores, están despedidos.
Sabemos que eso no se logra de la noche a la mañana, por eso tenemos una participación multisectorial que busca la organización, la solidaridad y la conciencia crítica de la gente. Por eso participamos, además, en proyectos de trabajo comunitario como la Brigada Multidisciplinaria de Apoyo a las Comunidades de México. Así como Zapata sabía que no había nada que negociar con Porfirio Díaz, nosotros sabemos que no tenemos ninguna propuesta que "llevar" al congreso.
Como no estamos dispuestos a negociar nada con la clase política, decidimos retirarnos de la asamblea, cosa que hicimos acompañados de "Yo voto por quien quiera", organización que afirmaba "Si lo que querían era ir al Congreso, hubieran votado por el menos peor". Nosotros nos refrendamos en nuestro compromiso de hacer un trabajo de base, desde abajo y a la izquierda, y continuar informando a la ciudadanía e invitándola a la organización y a la lucha. Sabemos que en nuestro camino volveremos a encontrar a varias de las organizaciones que se mantuvieron en la asamblea, no así a los sinvergüenzas que malgobiernan nuestro pais.